EL IRRACIONALISMO Y SUS DISTINTAS DOCTRINAS IRRACIONALISTAS

 EL IRRACIONALISMO

  Es una doctrina que sostiene que el ser humano no tiene poder para razonar, afirma que es posible que lo tenga, o que creen tenerlo, pero todo es una ilusión producto de la imaginación. Cabe destacar, que esta postura puede resultar dificil de sostener, sobrte todo cuando se encuentra a frente a  razonamientos matemáticos y de lógica.       

   Se puede decir que el irracionalismo es una corriente que no se aplica a una escuela específica, pero posee una tendencia  general en el curso de la historia de la filosofía. En cuanto a su origen se puede decir que inicia con la crítica a la filosofía de Hegel,.

 

Distintas Doctrinas del Irracionalismo:

Arthur Schopenhauer: considera que el mundo es la manifestación de algo irracional o, como mínimo, no racional. De hecho, su visión pragmática de las cosas, es como adaptarse de manera eficiente en un entorno que no es racional ni necesariamente ordenado -pese a lo que pueda aparentar-. 

Eduardo Hartmann: contempla lo absoluto como irracional, asegura que el vitalismo es una exaltación de la vida y de lo que entiende que son los valores de ésta: intensidad, poder, fuerza, emoción, entre otros. 

Friedrich Nietzsche: era conocido como el el demoledor de todas las convenciones morales, civiles y filosóficas, ya que según este autor ocultaban  sus verdaderos motivos e intereses. Dentro de su doctrina habla sobre el superhombre, y expresa que la humanidad está ahora dividida en hombres del conocimiento, ineptos para la vida verdadera y profunda y dedicados a construir grandes estructuras teóricas para esconder su temor, y hombres de la duda, de la convicción de que nada merece la pena ser buscado.  Afirma que es necesario crear un nuevo tipo de ser, el superhombre, que diga finalmente que sí a la vida en todas sus formas. 

Joseph-Marie (Conde de Maistre): su filosofía política estuvo dotada de un absoluto pesimismo; su doctrina parte del principio de que la injusticia no puede ser vencida, y como prueba de ello cita la muerte de Jesucristo, el justo por excelencia.